jueves, 25 de julio de 2013

Las desgracias de Somál.

Capítulo V. 

He dormido como un bebe en estas últimas semanas con fräulein Karla, me ha acogido en el pequeño edificio cerca de las cámaras y la carpa. No salgo mucho, primero porque no me dejan y segundo porque no puedo ver a esos hombres asquerosos, esas bestias y ese hedor que sueltan al ser fumigados, ese hedor que me demuestra su bestialidad, es todo tan asqueroso. 

Fräulein Karla me ha mostrado más fotos, algunas asquerosas y sangrientas, otras hermosas, de ella de niña, de otras niñas hermosas, de mujeres desnudas y sus atributos. Ya sé que es una vagina y para que sirve, pero no comprendo porqué fräulein Karla me muestra todas estas fotos. Se lo preguntaré la próxima vez. 

- Buenas tardes fräulein Karla.
- Ah, Arnold, querido, ¿cómo estás hoy, eh?
- Bien, fräu. ¿Y Ud.?
- Bien, bien, venga el abrazo ¿estás de cumpleaños no? 
- Sí.- le abrazo fuertemente y le doy las gracias luego. 
- Hoy te tengo un regalo, dejarás de ver fotos. 
- Oh, fräu, justo quería preguntarle el por qué me las mostraba. 
- Tranquilo, dejarás de ver fotos porque ahora verás todo en vivo. Y bueno, te explicaré, ven. 

Fuimos a un patio que está tras el edificio y había un soldado con uno de esas bestias sodomitas, degenerados. 

- Observa, Arnold.- me dice- Bien, Henry, el chico está de cumpleaños debemos darle un buen regalo. 

El soldado Henry levantó a la bestia por el cabello y con una pinza le cortó una oreja. Chillidos y chillidos de terror soltaba aquel asqueroso hombre, pero el soldado no se detuvo y le empezó a cortar los dedos con la misma pinza. Luego le quemó los ojos con un cigarrillo y le rompió la nariz dándole un golpe en seco con la pinza. 

No lograba sentir nada de piedad ni lastima por el hombre que moría de agonía, después de todo son bestias, y las bestias mueren cada día. Cuando al final terminó de morir, fräulein me preguntó que sentí, sólo le dije que un poco de escalofríos por la sangre. 

- Bien, Arnold, vamos adentro, Henry y yo te mostraremos otra cosa luego de que él tome una ducha. 

Luego de media hora el soldado salió  desnudo de la ducha y fräulein me empezó a mostrar para que servía cada miembro del cuerpo del soldado, luego se desvistió ella y me mostró sus miembros y para que sirven. Fräu Karla es hermosa, su piel es pura y blanca, lisa como el mármol y dura como las rocas. Esto nome agrada, herr Hery y fräu Karla se empiezan a tocar y a tener relaciones, me quiero ir, pero fräu me obliga a sentarme y a observar. Es asqueroso, ¿por qué hacen esto? ¿por qué a mí? 
Fräulein Karla mostrando sus
senos a Somál (Arnold). 

Ya al llegar la noche, herr Henry se ha ido y fräu Karla me está explicando el porqué de todo. 

- Arnold, querido, el soldado alemán debe ante todo ser duro, frío, disciplinado, por supuesto que nacionalista. Dar la vida por el Imperio, por su Führer, por nuestro Führer. El soldado alemán debe ser cruel con sus enemigos, nuestra raza, la aria, debe ante todo ser la primera y única en todos los hemisferios. Justo ahora mientras hablamos nuestros soldados están dando su vida por acabar con los asquerosos judíos al sur del continente, en la Argentina.

- ¿Judíos? ¿qué son judíos?

- Son como las bestias sodomitas, pero peores, llevamos milenios en guerra con ellos, logramos acabarlos en toda Europa y en el Oriente medio los musulmanes se encargaron de exterminarlos y les arrebataron su tierra. Pero hay más aquí en el sur, en Argentina, el país al sur de América. Nuestro Führer está ahora en las Malvinas, unas islas al oriente de Argentina, desde allí planea dar un ataque masivo sobre la nueva Jerusalen mientras que nuestros soldados avanzan por el norte desde Paraguay, acabaremos con esas bestias.- dice con orgullo.- Entonces, Arnold, ¿entiendes por qué debes ver y presenciar sangrientas muertes y crueldades?

- No, fräu Karla, no lo comprendo. Ud. dice que los soldados deben ser crueles, pero yo no soy soldado, soy solo un mocoso.

- No, Arnold, tienes 7 años, ya es edad para aprender, luego cuando cumplas los 17 te alistarás en el Ejercito o en las SS y lucharas por el Imperio y enfrentarás a las bestias que nos atacan constantemente, ¿entiendes? 

- Sí, ahora comprendo.- sigo confundido pero logro captar la idea.- Y, ¿esos actos sexuales, fräu? 

- Ah, eso...- voltea la mirada y se levanta.- Es hora que vayas a dormir, mañana llegará herr Rodolf, ya avisé que estás aquí, ahora, ¡duerme!.-  su voz está seca y fría. 

La mañana siguiente fui despertado a las ocho; me dijo herr Henry que era para darle la bienvenida a herr Rodolf. Al salir del edificio había un aroma a vainilla en todo el área. Los soldados estaban formados en el patio y fräu Karla estaba frente al pelotón. llevaba unos pantalones de cuero negros muy ajustados y una chaqueta con muchas insignias y las "SS" en el cuello. Su boina negra y sus labios completamente rojos. Estaba radiante, hermosa, no recordaba haber visto a fräu Karla tan hermosa. Me paré a su lado y ella me colocó una mano en mi hombro y me dijo que mantuviera silencio a menos que se me pidiera hablar y que le imitara en los movimientos. 

A un cuarto para las 9 llegó herr Rodolf en un carro militar negro. Parecía más rudo y cruel que cuando se fue. Todos se colocaron firme, incluso yo imitando a fräu Karla, y luego alzaron sus brazos en saludo y gritaron "heil mein Führer"; tuve que hacerlo igual, de repente sentí orgullo de herr Rodolf; todos le rinden homenajes. 

Herr Rodolf se acercó a fräu Karla y le dio la mano y luego se me acercó y me preguntó si me tratan bien, asentí con la cabeza y sonreí. No le diré ahora lo que he hecho, ya habrá tiempo luego. Todos los soldados recibieron ordenes de dispersarse y volver a sus trabajos y fräu Karla y herr Rodolf entraron a la carpa, me dijeron que esperara a fuera. Empezaron a hablar alemán, ya empezaba a entender algunas palabras, después de todo debo aprender según fräu Karla. Luego de media hora no escuchaba nada y decidí entrar; más vale que no lo hubiese hecho, vaya sorpresa me llevé. 

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