miércoles, 14 de agosto de 2013

Las desgracias de Somál.

Capítulo XV.

Las calles adoquinadas del Imperio del Panamá se veían ya muy lejos, tanto así que casi ni las distinguía. Susan iba dormida, había bebido pastillas antes de subir al avión, las suficientes como para llegar al Brasil sin ataques de nervios. Santino iba en el asiento de atrás, justo detrás de Susan, estaba muy activo, bebía una copa tras otra pero sin emborracharse,o tal vez siempre lo está.

Al llegar al Brasil lo primero que vimos fue una estatua inmensa, nos dijeron que se llama "Cristo redentor"; debíamos alejarnos de ese lugar pronto, la junta con el anciano judío era en Brasilia. Santino nos dijo el nombre del anciano.

- Abraham Wolowitz.- dijo.

Llegamos a su oficina y, antes de él recibirnos, desayunamos y bebimos jugo de naranja. Su oficina tenía dos cuadros inmensos a cada lado, el de la derecha ponía "Donny "El oso judío" Donnowitz" en una placa de oro. El de la izquierda ponía "Aldo "El apache" Rains" también en una placa de oro. Las paredes eran de mármol, el piso de granito y el techo era una réplica de la capilla sixtina, con la obra de Michelangelo, "La creación de Adán".


Luego de desayunar Santino, Susan yo nos sentamos en un mueble, podría decirse, inmenso. Luego de cinco minutos una señorita se acercó. 

- Buenos días. Me llamo Paola Robin, pasen adelante, el señor Wolowitz les espera.- sonrío y se fue.

Por alguna razón al ver a la señorita Robin me vinieron a  mi cabeza imágenes de ella y yo. Le tenía en mis manos y le apagaba un cigarro entre los senos, luego con un cuchillo le quitaba tajos de piel en sus muslos, ella gritaba y gritaba más, era excitante. 

Un golpe en la cabeza, propinado por  Susan, me despabiló y caminé hasta el escritorio del anciano judío. 

- Buenas tardes, jóvenes, espero estén bien.- dijo con voz cansada.- Esto no me ha dejado dormir, me llegó este periódico en horas de la madrugada. 

Cuando vi el titular del periódico por poco me caigo. Rezaba: "Manolo Maranzano ha declarado la libertad de Venezuela, declara la guerra al Tercer Reich"

Debajo del título decía: "El Coronel en Jefe de la infantería y aviación de la República Nacionalsocialista de Venezuela ha declarado la liberta y des-colonización del país a horas de la madrugada, a días antes de la llegada del Führer del Tercer Reich al país. También ha dado un ultimátum de 48 horas a todo alemán en el país para que salgan del mismo o serán enjuiciados y fusilados como enemigos del Estado. Cambia también el nombre de la república al de República Democrática de Venezuela."

Le di el periódico a Susan y a Santino para que leyeran y me quedé atónito mirando el cuadro del Oso Judío. 

- Veo que le conoces, muchacho.- dijo el anciano. Cada quién tiene sus héroes, ¿quién es el tuyo? 

Vacilé unos minutos y luego respondí.

- Aunque no lo crea en algún momento lo fue Hans Landa, conocido como el Cazador de Judíos, responsable del exterminio de los mismos en Francia. 

Aldo Raine

Donny Donnowitz
- Pero sabemos que ya no lo eres, ¿cierto?.- sin esperar respuesta dijo.- Al grano, en la frontera con Bolivia les espera la rebelión para llevarles al centro de la misma a hablar con el Coronel en Jefe Alejandro Ramírez. Él los llevará a Nueva Jerusalén a encontrarse con el rabino, y presidente del país, Noe Kaiser. El le dará más armamento y entre Manolo, Alejandro, Noe, usted, la Familia Sinatra y yo liberaremos una batalla eterna, hasta el fin del Tercer Reich. 

Hans Landa
- Entiendo, es decir, ¿no volveremos a Venezuela?.- dije tristemente.

- Exacto. Lo lamento señor Somál, pero debe ser así.

- Y ¿qué sucederá si Hitler ataca al Continente con una bomba nuclear?

- Eso no pasará, le traería problemas con todos los países del mundo, luego de las dos bombas en EE.UU. en 1945 se hizo un pacto de no agresión con bombas nucleares.- dijo.- Confío en que Hitler no romperá el pacto. Además recuerde que la Unión Soviética a declarado la guerra también al Tercer Reich, tendrá que librar batalla en muchos frentes, no lo logrará. 

El viejo Noe parece confiado en lo que dice, pero aún pienso en varios problemas. No puedo decir más, debemos irnos a Bolivia la mañana siguiente, antes, debemos descansar son muchos aviones en tan poco tiempo. 

Nos hospedamos en casa del anciano judío,Santino no durmió esa noche, Susan sí, yo por otro lado no dejaba de pensar en la señorita Robin. 

A media noche me levanté de la cama y fui a la oficina del judío. Allí estaba la señorita Robín, con una franela blanca corta y una falda negra. No lo pensamos dos veces, nos tiramos uno encima del otro he hicimos el amor. 

La noche pasó rápida en sus brazos, el sol anunciaba mi partida y Paola quería irse conmigo. Está bien, la llevaré, después de todo Susan y yo no tendremos nada nunca, creo.

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