viernes, 31 de mayo de 2013

Ella y él: El final; Isabella.

No pudo dejar tan hermosa y trágica historia hasta ahí, hasta la muerte de Jean- Pierre. Me he preguntado que le sucedió a Isabella luego de que enterraron a Jean- Pierre en el viejo campo de girasoles en París. Me he preguntado como ha hecho Isabella para olvidar tan deprimente imagen de un Jean- Pierre colgando del cuello, con su propia carta en mano y unas palabras con su delicada caligrafía: "Te amo, pero no soporto tantas hormigas en mi cuerpo".


¿Qué quiso decir con eso de las hormigas? Se preguntaba tormentosas veces Isabella, seguido, sin poder parar en la respuesta. Nadie podía responderla, los primos de Jean- Pierre había volado a Londres a reunirse con su familia, luego del entierro de Jean- Pirre, de hecho se fueron la misma noche, dejando a Isabella a su suerte, con solo 1000 euros.

Isabella estaba atormentada, pensaba que ella había provocado la muerte de su amado, y tal vez fue así; pero "¡demonios! Yo volví, volví para estar con él" se decía constantemente. Eso no le ayudaba. 

Luego dela trágica noche del 20 de enero Isabella solo lograba deslizarse en la calle tal cual bola de billar, sintiéndose empujada por una vara de madera, que ella llamaba miedo. miedo a morir en cualquier momento; caer en manos de la depresión... Y allí estaba, no en sus manos, pero sentía sus garras jalar de su cabello.

Una noche, poco más de dos meses; ya solo tenía 2 euros y una cerveza en su cartera... ¿Qué podía hacer? Creo que todos sabemos la respuesta a que haría una mujer hermosa y deprimida en apuros de dinero.

Sí, se vendió para una noche con un extraño que conoció en un bar, pero no en cualquier bar, ella quería que fuese alguien con quien jamás se cruzara por el camino; así que con esos 2 euros se dirigió a un bar al sur de París; y  luego de esa noche, ya tenía 5000 euros en su cartera; pero la tormenta de haberse vendido le tocaba sus entrañas y su cráneo cada segundo, y decidió irse a España por un tiempo, intentaría estar con el chico de allá. 

Pasó un año y ya era 20 de enero de nuevo... Isabella deseaba ir a París a visitar la tumba de Jean- Pierre, pero Carlos, su nuevo novio, el español, no le quiso dejar. 

- Demonios, Carlos, fue mi prometido, murió por mi culpa. No me importa que digas iré.
Y ¡ZAZ! una palma de mano reposaba de golpe en su mejilla izquierda. Carlos le había golpeado, tan fuerte que el golpe le hizo sangrar un poco. 

Llegó a París, y para su sorpresa, en la tumba de Jean Pierre estaba uno de sus primos, el único que sentia aprecio por Isabella. 

- Mira, Isabella, las hormigas han hecho un hormiguero sobre él.- dijo.

- Sí, ya veo...

Lo había entendido, había entendió que quiso decir Jean con esa frase "...pero ya no aguanto las hormigas" Ella lo empezaba a sentir, hormigas recorrer su piel y su cráneo, pero supo vencerlas, bebió alcohol con el primo de Jean por el resto de la noche, y al amanecer, ambos se fueron a Londres.


Cenando con el primo de Jean-Pierre. 
Isabella tuvo que vivir con la tormenta de la muerte de Jean- Pierre, pero lo soportaba gracias al primo de este. Él le ayudó a establecerse en Londres y siempre le visitaba para recorrer Londres y hablar. No, Isabella nunca volvió a tener pareja; no podía, no quería. Sólo se dedicó a pintar, cuadros hermosos, cuadros que reflejaban el cuento de hadas que fue su vida antes de la muerte de Jean- Pierre. Y al final, pudo ser feliz, sí, encontró esa felicidad en su muerte, el 20 de enero de 2080; 62 años después de la muerte de Jean- Pierre. 
Fue enterrada por el que sería el hijo del primo de Jean- Pierre, que fue como un hijo y alumno de artes de Isabella, en el campo de girasoles en París, junto a Jean- Pierre, y debajo de lo que era un gran hormiguero. 

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