viernes, 15 de enero de 2016

Anoche me



Anoche me creí muerto
Entre la oscura estela que deja un parpadeo,
Mu-er-to, es dulce la muerte
Tan dulce y agonizante.
No duele, cosa extraña,
Es como dormirse y entrar a un
Profundo lago de un negro mate.

Anoche me creí muerto,
Sobre mi cama, sentado con el
Leve murmullo de un cigarrillo
Que intenta desesperadamente
Socorrerme.

Los truenos jamás me alcanzaron,
Al contrario, me vieron descansar
Y salieron a buscar el aullar de los lobos.
Un leve Adagio –Albinoni-
Anoche me creí, luego de jurar no creer
De nuevo. Fue tan amargo, tan cruel.

Me invadió una larga sed de sangre
-Mi sangre- de hacer de mis venas un río
Y de las sabanas el caudal.
Adagio, mis venas compondrían
Un perfecto adagio.
Cuanta agonía en tan hermosa obra de arte.



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