La
noche, oscura, es misteriosa
Es
coqueta, la más grande
De
los que han pactado con la muerte,
Pacto
sellado con la sangre derramada
Del
Dios Lagarto.
Quien
es su magnificencia
Esta
bañado en muerte,
Un
baño de hermandad, de búsqueda,
De
una muerte permanente,
Como
quien vive con ella.
El
mismo que pactó con el desierto
Y
se hizo su Señor, su amo, su Dios.
¡Ah,
ven Señor ven y enciende mi fuego!
Lame
mis heridas con tu lengua viperina,
Penetra
mi alma de impureza,
Rompe
los platos del ayer
Y
has orgías con las estrellas.
Pactemos
con sangre, bebamos nuestra sangre
Llamemos
a la muerte con canticos apaches,
Con
la rudeza de la gran Luna Roja.
Debatamos
si movernos entre la bruma o la luz,
Dios
Lagarto, malo, injusto e inmoral,
Anarquicemos
el sistema único de
Vida,
desarrollo y muerte,
Inmortaliza
mi mente
Como
tú hiciste con la tuya,
Sensual
representante de las puertas
De
la percepción, compréndeme,
Soy
tu adorador, tuyo,
De
Jey Jey y de Jey Hey.
Vamos,
prende mi fuego y
Acabemos
con las iglesias de mi pueblo,
Busquemos
monjas putas
Para
bendecir a la muerte.
Dios
Lagarto, enrédate en la mente
De
aquellos que aún no te conocen.