jueves, 31 de octubre de 2013

El hombre/maquina.


Cabalgando en las pavimentadas calles

De una ciudad muerta, maloliente,

Una ciudad negra rodeada de una neblina densa,

Con trazos de fuego y amargura,



De ruinas volcánicas derramadas 

Como el agua por los pozos de dolor

De un cuerpo de cera, de amarilla cera

Remojada en el semen de Cerbero.



Cabalga el inmundo, el hijoputa,

El maloliente, el desgraciado, 

El maldito, el hombre/maquina 

Que busca la puerta a los dominios de Hades.

Halloween.



Hoy es Halloween,
Al menos eso dicen,
Extraña fiesta.
Unos se disfrazan, que ironía,

Son disfraces arrastrados
Por inmundas calles de arena,
Riendo, rogando por un dulce de anís,
Por una línea de coca,

Por un porro mal armado,
Suplican por vivir,
Pero no viven.
Su mejor disfraz es el de zombie,

O ese de los lentes, el de Arjona.
Así su alma, ¿cuál alma?,
No se ve y se pierde
Entre lo oscuro,

Mientras otros,
Yo, escuchamos a Sabina;
Rogando una daga
Atraviese nuestra mente,

Nuestro júbilo.
Pero no todos son así,
Están los idealistas,
Los nacionalistas,

Aquellos que alejan la fiesta.
Esos se disfrazan también.
Unos de alcohólicos mutantes,
Con babas en el culo

Y sida, y sífilis, y gonorrea,
Y otras enfermedades
Que se trasmiten
Con la misma baba

Que tienen en el culo.
Claro, están las otras,
Sí, las mujeres;
Disfrazadas de putas.

Putas sin paga,
Que andan buscando fuego
Para terminar en una cama,
Con humo entre las piernas

Y babas en el pecho.
¡Ah, Halloween!
Después de todo
No eres tan extraño. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

Entre columnas griegas.

Foto de: Vladimir Nechiporenko.

Felicidad, una palabra rota,
Por miles de seres incompletos,
Por regímenes autoritarios,
Por mujeres que se limpian la sangre

Que sigue al golpe de su marido.
La felicidad, el éxtasis, rotos,
Quebrado por el grito de guerra a muerte.
Por el discurso se Hitler,

Por los millones de: “¡Heil, Hitler!”,
Mientras judíos audaces
-Ahora ya no tanto-,
Caían en Auschwitz y Bergen-Belsen.

Felicidad, subjetivo sentimiento,
No sirve en el cielo,
No sirve en el infierno,
Aun menos en la tierra;

Pero, vaya, sí que sirve entre sabanas.
Felicidad, amargura de ocho letras,
De cuatro silabas,
Y de significado errado.

Derretida por el fuego que quemó a Chicago.
Por la comida que falta en África.
Por la falta de vista de Borges
Y la falta de escucha de Beethoven.
Indiferente al payaso de circo

Que se ahoga en alcohol y heroína.
La felicidad no está en la historia,
Así como mucho menos en el tiempo.
Está donde el tiempo se detiene,

Donde la historia no hace camino,
-Ni el camino hace pesar-.
El éxtasis  está en las yemas de los dedos,
Esas que acarician el piano de Beethoven

Y la pluma de Borges.
Los dedos que rozan tu pubis,
Que gozan con tus pechos,
Que brincan de puta en puta,

De coño en coño,
De cigarrillo en cigarrillo.
En los dedos tuyos y míos,
Los de Adán cuando se folló a Eva.

La felicidad está
Entre dos columnas griegas,
Sudorosas, brillando bajo la luz
De unos ojos entornado sobre su pared.

La felicidad está
En las fiestas bochornosas
Del infierno, porque,
¡Joder, es de magníficos estar

En una fiesta con Bukowski!
Dando sentido a la felicidad,
Entre putas, hijoputas,
El tequila y el fuego.

Ahí, donde resuena
La voz de Nath King Cole,
- Con su “L is for the way you Look at me”-,
Mientras sudamos el tequila.

Si no estoy entre tus piernas,
Transpirando lujuria y amor,
La felicidad no tiene sentido,
Así líe cientos de cigarrillos,

Así folle miles de coños,
Así escuche horas y horas
A Beethoven y lea,
En igual cantidad, a Borges.

No cobrará sentido así
Bukowski me brinde una noche
De fiesta en el infierno,
Y vea comer a África.

Felicidad, es sinónimo
De tiempo/detenido.
Felicidad y éxtasis,
Pregonan la libertad de una noche. 

lunes, 28 de octubre de 2013

Un suicidio anunciado


De esa forma,
Así, cuando violaste mi odio,
Cuando rompiste las cadenas
De acero que lo unían al miedo.

De la forma como miraste mi alma
Y le limpiaste la mierda
Que chorreaba entre las fauces
De Cerbero,

Siempre vigilante de podrir
El pudor, la moral, la desidia
De un cuerpo andante,
Tambaleándose bajo un hechizo

De magia maligna y cargada
De vibraciones, como las del arpa
Que tocamos el día que el tiempo
Trajo tu cuerpo hacia el mío.

Cuando la música creó
La quebrada por donde mi sangre
Corrió luego del siniestro
Asesinato de tus palabras.

De la forma como juraste cantar
Hasta la muerte y hoy, rota, quebrada,
Rasposa y malhumorada, juras
Que tu muerte ha llegado.

Que tu muerte llegó,
Entre el golpe que la vida
Te propino y el suspiro
Con que llegó.

Que tu vida acabo,
Sin un orgasmo, sin un amor,
Sin una vela consumida entre llanto,
Sudor, entre el humo del cigarrillo.

Porque tú consumiste tu llama,
Justo cuando estuve a punto
De entregarte mi cordura, mi lucidez,
Apunto de caer en locura por ti.

Por un amor que nunca  nació,
Por las flores que nunca enviaré,
De esta forma, escribiendo sin escribir,
Echo al vacío los versos que te escribí.

Besos de una pulgada.



Un sinvergüenza una vez dijo:
“Del temor al placer solo hay media pulgada,
Justo lo que mide un beso”
Ese fui yo,

Pero me llevo tiempo saberlo.
¿Cómo saber cuánto mide un beso?
¿Cómo saber donde darlo?
¿Dónde se unen los ríos del placer y el temor?

Bebiendo de tu sudor
Supe de donde salía tu placer.
Por los poros de tu piel
Que se estremecen y lloran con un beso,

Con un jaloneo de brazos cruzados
Que fluyen por tu espalda hasta tus nalgas,
Abriendo un canal al pasar, erizando tus poros,
Recolectando tu placer en pequeñas cuencas de sudor.

Luego, con un trago largo de tequila,
De esos que queman la garganta y
Hacen agua los ojos, descubres el temor;

Expresado en tu mirada y en la mueca
De un ceño fruncido.
Un trago que baja quemando tu laringe
Abriéndose paso hasta tu estomago

Donde rompen las gotas,
Creando lagos de temor.
Temblando, tambaleas tu cuerpo
Hacia unas sabanas húmedas de placer.

El tequila es fuerte y necesita salir,
Solo una pulgada posee el poder,
En esa confluencia de pesares,
Porque el placer y el temor pesan,

Duermen tu cuerpo, lo llenan de lujuria,
De excitación, de una convulsión
De riesgos que con alevosía
Te empujan a abrir las piernas,

A dejar fluir los pesares.
Ahí, entre las dos torres griegas
Que se alzan del piso a tu cintura,
Ahí cabe un beso de una pulgada.

Fluyen los pesares,
Mientras pregonamos la libertad
Y tu coño suplica esa línea delgada
Que mide una pulgada.

Besos de libertad, de tequila,
De placeres, de esos cigarrillos
Que tiempo atrás encendí
Pensando en ti.

Un trago más de tequila.
Otro de sudor.
Temor. Placer.
Un beso de una pulgada.


Olas de cabello.

Modelo: Adriana Pérez
.
El mar tiene olas azules 
Que se cruzan en el infinito,
Con olas de un amarillo candela
Que drena el sol en las alturas

Rompiendo los linderos del horizonte.
Abren paso a las aves y acarician la lujuria 
Con manos temblorosas de un amor
Que promete ser eterno. 

Pero hay olas que arden al rojo vivo,
Que no rompen en el horizonte, sino
Que son inmóviles, perpetuas, incluso eternas.
Olas que se enroscan como remolinos 

De un rojo pasión que se acerca al amor,
A la felicidad, al recreativo placer de una vida emotiva;
Incluso algunos rebeldes que odian y maldicen 
Entre golpes amargos de los rayos del sol

Y golpes furiosos, salados,
De las olas azules, ¡malditas!
Son esas olas que yacen en tu cabello,
Esas que caen sobre tu piel pálida,

Como nieve, fría, blanca,
Que absorbe el destello de las olas en tu cabello.
Ese cabello inmutable, rebelde, 
Caluroso, a tiempo de lujuria

Que rompe en gotas de sudor.
Porque tus olas de cabello son débiles
A la amargura del sol 
Y a la sal del mar. 

viernes, 25 de octubre de 2013

Petite mort.


Como es inherente el sexo con la vida
Lo es la muerte también, así como da
Placer uno, el otro igual. Entre orgasmos,
Sonrisas, carcajadas, gemidos, gritos.

Así cuando introduzco entre tus piernas,
-En tu coño, donde reposa la vida y la muerte-,
Mis dedos, sedientos de ti, de tus placeres,
De tu vida; así siento que toco el paraíso.

Cuando reposo a la sombra del mango,
Mientras tiro piedras al lago que es tu sudor.
Donde rompen latigazos de mi lengua,
En tu vientre que deja reposar mis suspiros.

Corriendo entre azotes de vergüenza,
Mientras gritas pidiendo que la muerte se haga una con el placer
Y quiebre el equilibro que existe entre ellos y el sexo.
Que el sexo y la vida no se unan, sino que sean uno con la muerte.

Porque entre las rejas del pudor
Tú no eres. Solo consigues ser mientras
Ríes demacrada por los vientos de desespero
Al convertir tu paraíso en un infierno de calenturas.

Mientras caen gotas de sudor desde lo alto
Hasta las montañas voluminosas que yacen en tu pecho.
Rodando entre ellas, como quien se abre camino por un sendero
De arena blanca, mientras el vapor las deshace, ahorcándoles la vida.

Esa unanimidad de placer, vida, muerte;
Esa representación única que rompe en un solo momento,
Justo cuando el éxtasis entrelaza el infierno y el paraíso
Y tus piernas se doblan como una hoja de papel.

Responde solo al colapso de lo mental
Con representación física en un “petite mort”
Esa vida que no es vida y muerte que no es muerte,
Lo inmoral de lo moral.

El infinito, dos líneas paralelas que se cruzan,
Infierno y paraíso,
Tu coño y mi pene.
La vida y la muerte, la “petite mort”.

jueves, 24 de octubre de 2013

Muerte y amor.



Huesos rotos que varían de dimensión
Entre labios de rojo pasión.
Quiebran su pudor con roces
Tentativos entre carrozas
De excitación.

Rodillas que tiemblan ante
La tentación, dedos que caminan
Por senderos hechos en su espalda.
Dedos delgados y blancos,
Espalda lisa y ruborizada.

Aquel que es de huesos,
Aquella que es de carne.

Amor que juega con muerte,
Y muerte que juega con amor.
Redención y caída ante la tentación,
Entrelazos de huesos y carne.

Así la muerte se folló al amor,
Y el amor se fugó de la muerte
Después de horas de pasión. 

En busca del placer.



He buscado arduamente placer,
He encontrado las calles de asfalto,
Eyaculando vapor de entre sus poros,
Quemando mis pies descalzos mientras ando por ellas.

He buscado arduamente placer,
He encontrado los arboles de verde podrido;
Perpetuándose sobre las ciudades
Como montañas mal olientes de basura.

He buscado arduamente el placer,
En miles de gotas de sudor
Que buscan suicidarse resbalando por tus pechos.
He lamidos tus pezones salvándoles la vida.

He buscado arduamente el placer,
Entre las sabanas manchadas de sangre,
La que dejaste fluir cuando entregaste tu virtud
A un hombre como el que deambula entre la basura.

He buscado arduamente el placer,
Corriendo entre el monte
Mientras atraviesan mi piel sus filosas hojas;
Escupiendo maldiciones al vientre de la tierra.

He buscado arduamente el placer
Entre los indigentes que se masturban
Observando a las putas
Esperar clientes.

Lo he buscado entre la lluvia
Que me apaga el cigarrillo,
Maldiciéndote sin razón alguna
Y sin verdad sin duda.

He encontrado el placer
Entre tus piernas, subiendo y bajando,
Como el “sube y baja” del parque
Donde jugábamos de niños.

Y el placer es bueno;
Pero al terminar la noche
Te irás y deberé emprender
Una nueva búsqueda. 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Una escultura polémica con un mensaje claro.

Escultura de un soldado soviético violando a una mujer embarazada. Gdansk (Polonia)

He aquí la noticia: Un joven artista polaco instaló ilegalmente en Gdansk (norte de Polonia) una escultura de un soldado soviético violando a una mujer embarazada, lo que provocó vivas reacciones de Moscú.
El embajador ruso en Varsovia se declaró “profundamente consternado”, en una declaración publicada el miércoles en la página web de la embajada.
La escultura fue colocada sin autorización el sábado pasado cerca de un monumento de la época comunista en honor al ejército rojo, que expulsó a los alemanes de Gdansk en 1945.


He aquí mi opinión: 

Siempre me he sentido atraído por la historia, historia de Venezuela, mi país, y del mundo y universo. Pero como todo cuanto me gusta, siempre sobresale una parte; en este caso es la historia rusa y su sociedad. 

Los rusos, así como los alemanes, suelen ser muy disciplinados, en diferentes niveles. En el caso ruso, su disciplina es una más débil, relajada. Un ruso, no sé si aplica a la última década, prefiere ganar su dinero y gastarlo en él y, en caso alguno, en su familia; un alemán va obteniendo fortuna, dinero, pasa a otra generación que hace más grande esa fortuna y así; de esta manera las grandes casas, como la de Hamburgo, se creó y ganó poder, fortuna, nobleza. 

Así mismo, otro factor de la historia que llamó mi atención fue la Segundo Guerra Mundial. Al leer sobre ello me percaté de que así como los alemanes nazis fueron crueles, inhumanos, fanáticos, irreverentes e irracionales; los soldados soviéticos (rusos) daban a relucir algo que, sino muy bien, tenían guardado muy en el fondo. La barbarie. 

Como ya saben, en mi país, Venezuela, cuando ocurren actos degradantes, asquerosos e inhumanos; como el ocurrido hace un mes (un camión colisiona con un puente y, estando el conductor moribundo, una horda de personas saquean el camión lleno de carne); suelo comparar dichos actos con la barbarie soviética. 

Hace un tiempo leí un libro llamado "La hora 25" -de verdad lo recomiendo- que narra la travesía de un hombre, que a su desgracia, poseía un apellido judío (sin ser judío); es apresado por los nazis y pasa de campo de concentración en campo de concentración. Pasa por pueblos en los que escucha hablar a las mujeres asustadas del avance soviético, del llamado Ejercito Rojo, ya que al llegar a los pueblos, saqueaban, violaban, asesinaban. No solo violaban a mujeres mayores, también a niñas 'buenas', y, como ven en la escultura, a mujeres embarazadas. 

Los soviéticos tuvieron la tarea de llegar hasta Berlín para ganar la guerra. En 1945, por su paso, liberaron Polonia. En la post- guerra; en la Polonia soviética, se levantó un monumento al Ejercito Rojo, en el mismo Gdansk. ¿Es necesario y merecido ese monumento? ¡No!.

Esa escultura del soldado del Ejercito Rojo violando a una mujer embarazada, representa la verdad de la barbarie rusa, de la barbarie soviética. La historia no se puede olvidar ni censurar; dejar el monumento al Ejercito Rojo y quitar la escultura bárbara es un acto de hipocresía por parte del gobierno de Varsovia; y la protesta por parte del Embajador ruso es una estupidez. 

En fin, esa escultura debe ser el epicentro, no de Gdansk, sino de Varsovia. 

jueves, 10 de octubre de 2013

Un poco de locura.





A Melissa Mathison.

Gitana mía

Así como nadie detiene a los dioses que pelean en los cielos,
Provocando truenos y rayos que arrancan nuestro silencio, 
Es imposible detener el clamor de tu voz
Que arranca de mí indecisos sentimientos. 

Sentimientos que parecen sombras al pasar entre tus palabras,
Absorbidos por tu hechizo y perdidos entre la luz de tus miradas
Con una fugacidad suficiente para que no te des cuenta,
¡Oh, mi querida!

Que perdición la mía en selectas frases,
Exclamaciones dolorosas que me parten el alma.
¿No observas mi dolor y mi no tan grave advertencia? 
“Corremos un gran peligro” ¡oh apreciada gitana!

Dime la verdad y rompe mi curiosidad,
Los dioses  me mienten, tu voz me excita y hace hervir mi alma. 
Respóndeme con la misma dulzura con la que haces vibrar tu garganta
Y así sabré si el hechizo es verdadero y no una completa farsa. 

Eres ciega en toda tu capacidad, eres la dulzura misma en vida
Y toda tu figura resplandece con audacia y valentía.
Eres, sin más, ardiente belleza que quema mis ojos 
Con vigor y sin poder ser detenida, oh, adorada, gitana mía

domingo, 6 de octubre de 2013

Memorias.

Siempre me ha parecido interesante la manera irónica, o tal vez altiva, en la que me dicen "los venezolanos no tienen memoria" o "que vas a saber tú, chico, si a penas eres un niño"; en esto se refieren, pienso, a todos los desastres sociales, económicos y políticos de algunos gobiernos de la mal llamada cuarta (4) República. Luego, me dicen que estudie a la misma y compare con la "gloriosa" quinta (5) República, mal llamada también. Lo que muchos de estos hombres y mujeres no saben es que como todo buen crítico, debo saber que estoy criticando y por eso investigo, comparo, leo, escucho, luego opino. 

Nunca he dicho que los presidentes de la, de nuevo, mal llamada cuarta (4) República fueron los mejores, cada uno posee características tanto buenas como malas. Rómulo Bertancourt, por ejemplo, instauró la democracia, pero, él mismo, fue el creador del Partido Comunista de Venezuela (PCV); soy anti- comunista. Claro, hubo presidentes también que fueron una desgracia, Carlos Andrés Pérez, no fue muy bueno que digamos. Pero recuerdo muy bien estos últimos 15 años de mi corta vida, yo, que nací prácticamente en el gobierno del ex- presidente Chavez.

El presidente John F. Kennedy y el presidente Romulo Betancourt pasean por la Av. Universidad de Caracas (1961)

Y recuerdo muy bien como mi país se fue degradando poco a poco, hasta lo que es hoy, miseria, pobreza, dolor, muerte, represión. Recuerdo cuando Chavez en una entrevista en 1999 aseguró no ser socialista ni comunista, tildó de dictadura a Cuba y hasta dijo que no nacionalizaría ninguna empresa; así como recuerdo el 11 de Abril del 2002; esa implosión social, aunque otros le llaman golpe de Estado, que logró obtener la renuncia de Chavez y la instauración de un gobierno de Facto por tan solo algunas horas. Recuerdo su restitución y recuerdo el lamentable cierre de RCTV. También recuerdo el día de la reforma constitucional, las angustias de mi padre y mi ignorancia en aquel momento; recuerdo su derrota y su posterior reelección como presidente. Pero hay una cosa que no recuerdo, y es a otro presidente que no sea Chavez.

14 años, 14 largos años duró el Comandante "eterno, galáctico, interestelar y supremo"; 14 años de muerte, de disidencia, de persecución política. Y hoy, Maduro, su "hijo predilecto", seleccionado a dedo, es lo mismo, pero más agudizado, en un país en crisis de valores y de moral y de ética. Decadencia a donde vayas.

Entonces, yo pido a todos que no me digan que yo no tengo memoria, si la tengo, pero no viví la mal llamada cuarta (4) República, no viví los gobierno de Betancourt hasta Caldera. No viví a Pérez Jiménez, ni a Gómez, ellos fueron dictadores, atroces ambos, pero Chavez les superó, tal vez no en tiempo, en el caso de Gómez, pero si en hacer y poner más cadenas a su propio pueblo.

Si tengo memoria, pero no puedo recordar algo que no viví, a pesar de haberlo estudiado. Aprendí del pasado y ahora solo quiero vivir en libertad, en democracia; y eso no lo tendré con estos gobiernos de izquierda socialistas. 

jueves, 3 de octubre de 2013

¡Que me vea! ¡que me vea!

Yo salí a la calle a hacer diligencias, no ha encontrarme con la calma misma y la dulzura inmaculada. Hace un par de días un chico de la Orquesta de Carabobo me recitó un poema, solo para mí, ¡que emoción!; su nombre Ismael; es toda calma y dulzura, pero ya verán. 

Como saben, caminar por el centro de Valencia es, como dicen, un desmadre, o quizás un desnalgue; hoy decidí ir a hacer mis diligencias, ya saben, ropa, banco, museo de artes, felicidad y naturaleza. Esto es un cuento corto, así que solo lean  sin pararlo. 

Luego de hacer mis cosas decidí ir a la plaza Bolívar del centro a descansar un poco y observar como las ardillas saltan de aquí a allá y viceversa. Es gracioso, ¿cómo conseguir tranquilidad con el típico evangelista desesperado que clama y afirma que el fin del mundo está cerca, a veces con un megáfono y a veces a puro pulmón? Bueno, sólo me senté y observé los arboles. ¿Nunca les ha pasado que están viendo algo y de repente, a veces inconscientemente, voltean la cabeza a mirar a su espalda? Bueno, hoy me pasó, ¡uy! y me doy gracias porque me pasó, justo detrás de mí estaba Ismael. Que alegría. 


Es desesperante, yo no hice más que voltearme de nuevo y sentir como mis mejillas se ruborizaban un poco, y decirme, gritarme mejor dicho, en la cabeza: ¡Que me vea! ¡Que me vea!; desgraciadamente no parece estar dispuesto a voltear, cuan calmado se ve. Al diablo, le saludaré yo.

- Hola.- le digo con voz risueña y alegre como siempre. 

- Hola, Isabella. ¿cómo estás?.- calmado.

Sólo seguimos hablando un poco, de repente, se inclinó hacia mí y me abrazó... ¿Qué hago? Sólo le dejé y le abracé, fue hermoso, simple, como un sueño que se convierte en realidad; pero nada dura eternamente, nos soltamos como quien no lo desea. Luego fui con él a acompañarle a la farmáncia y a comprar unas bebidas. Caminamos. Caminamos. Caminamos, cuan ansiosa estoy.

Fuimos a el Parque Negra Hipolita y caminamos entre sus bosques, sus bambúes, sus fuentes y ríos. Hablábamos y hablamos. Él es tan tranquilo, tan calmado, su voz me calma, me inspira ternura, calma. sí, he dicho calma muchas veces, pero eso es todo lo que quiero, de nada me sirve alguien que me estrese y me haga sentir incomoda. 

- Acostémonos aquí, Ismael.

Nos acostamos uno al lado de otro, en la grama, viendo el cielo, las nubes a punto de reventar y convertirse lluvia, las aves, la naturaleza, oh amada naturaleza. 

- Eh, Ismael, ¿qué pasa si llueve?

- Pues nos mojamos. 

- ¿Y si cae un meteorito? 

- Pues no morimos, depende de donde caiga...

 - Uhm...

Silencio. Que interesante, es tan relajado, calmado. Oh no, ¿qué me sucede? Este chico es todo lo que quiero, lo sé, lo siento. 

Seguimos caminando y hablábamos. Bueno, yo hablaba, el solo escuchaba y asentía. De repente, sentí como si mi mundo se detuviera, nunca me había sentido tan bien. He escuchado sobre caballeros y he leído sobre ellos, pero este chico me los ha mostrado, se ha mostrado. Sin más, me dio un beso en la mejilla, se podrán imaginar mi emoción, mi rubor, mi alegría reflejada en mi mirada. El resto del día pasó sin acontecimientos importantes, ni mucho menos alegres como este, no me crean, pero con ese beso fui feliz, tanto así que mi sonrisa no se borró durante un tiempo. 

Mi historia es esta; soy Isabella y la vida me ha sonreído por un día más. Soy feliz, ustedes deberían serlo también. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Un poco más allá de la felicidad.

"Así como nadie detiene a los dioses que pelean en los cielos,
Provocando truenos y rayos que arrancan nuestro silencio,
Es imposible detener el clamor de tu voz
Que arranca de mí indecisos sentimientos."

S. Molinatti.


Tal vez este post sea un poco egoísta, no es para ayudar a alguien ni mucho menos para hacerle entender algo a alguien, sólo para vaciarme yo y hacerme entender a mí las cosas o nada. Aunque pensándolo bien, no es egoísta, es, más bien, algo estúpido e interesante a la vez. 

Cuenta una leyenda griega que Zeus creó al hombre con cuatro brazos, cuatro piernas, y dos rostros; pero que, temiendo su poder, los separó en dos -tal cual somos hoy- y los condenó a buscar a cada uno la mitad que le fue separada y ese sería su amor eterno. 

¿No es acaso esto lo que nos enseñaron de chicos? "Solo al encontrar tu media naranja serás feliz y encontrarás el amor" 


Es hermoso pensar que Zeus no condenó a ello, es hermoso pensar que debemos ir por la vida esperando toparnos y conocer a nuestra mitad, y al unirnos maldecir a Zeus y con nuestro poder -amor- retomar los cielos y derrocarlo, hacer de sus rayos rosas y de su barba un manojo de polvo. Porque el amor es poder y es ese poder el cual Zeus temió. 

El hombre de la época romántica era todo caballero y educación y valores y romántico; ese hombre que demostraba su respeto con una caravana y un beso en la mano de las damas. Aquel cuyas palabras era escogidas seriamente y con una tilde de respeto, honor y caballerosidad. Esos hombres que su vida era la poesía, la lectura, la escritura, la música, el piano, las ilusiones fantásticas de su realidad y sus gratas visitas de cortesía. La vida social. 

Hoy, he llegado a pensar que la peor maldición que pudo caer sobre nosotros fue la televisión y las computadoras, no tanto por su función como tal -eso fue una gracia- pero sí por el uso que le damos, la forma como exprimimos hasta el fondo a los valores y el romance y los volvimos polvo. Hoy los caballeros han sido contados y apartados del mundo, han sido denigrados y hasta proclamados como homosexuales o cursis, pendejos del mundo que viven en un pasado "de maricas". Zeus ha de estar bailando sobre un pie al ver que hoy los hombres no encontrarán a su mitad y no le derrocarán con el poder del amor.

De la misma manera, la damas. ¡Oh, que placer se desprende de mis ojos al ver y leer esas escenas  románticas de aquellas damas que con su soltura se veían altivas, vivaces duquesas del romance!; ¿qué ha pasado con ellas? ¿Dónde fuiste a dejar a las damas y duquesas del romance, Zeus? Hoy, las damas no merecen ser llamadas así, hoy son vulgares y crueles, sus palabras son banales, vulgares, egocéntricas, no dignas de su atención. 

¿Cómo encontrar a mi mitad justo así? Pero, ah, que dicha la mía, al parecer la encuentro... pero no sé si de verdad lo es. Y si lo es, ¿cómo hacer, oh Zeus, para que ella vea que lo es, que despierte, que me observe? 

Dicen que podemos amar sin ser amados, pero también dice Benedetti que "para amar hay que estar completa y plenamente seguro de que uno es amado. Sentirse amado"; ¿a quién hacerle caso, oh Zeus? 

¿Qué sucede si escribo poesías y poesías, versos y versos en honor a una musa única y esplendida, a una duquesa y dama, a una merecedora de mi atención y mi placer, de mi felicidad? Porque estoy más que dolorido de sonreír, mis cachetes no aguantan más, estoy seguro que un guasón ríe menos. Los versos son largos, y la felicidad plena, entonces, oh, maldecido, Zeus; explícame ¿qué hago cuando mi amor no es suficiente para derrocarte y mi mitad está despistada?